SÍGUENOS EN LAS REDES SOCIALES

siguenos en facebookCanal de youtubesiguenos en Twitter
Mostrando las entradas con la etiqueta Paisajes. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Paisajes. Mostrar todas las entradas

Aguada de cobre, Minas Capillitas

Aguada de Cobre, en las alturas de Minas Capillitas

El viento frío de la sierra envuelve a quien se aventura hasta Aguada de Cobre, un rincón escondido en el corazón de Minas Capillitas, Catamarca. Allí, entre montañas ásperas y cielos diáfanos, la geología y la historia se mezclan para dar vida a un paisaje único, marcado por la presencia de la célebre rodocrosita, la Rosa del Inca y, por supuesto, de este hermoso arroyo colorido. 

Ubicación y acceso

Aguada de Cobre se encuentra en el departamento Andalgalá, a unos 57 kilómetros de la ciudad antes mencionada, emplazada a unos 3.000 metros de altura. El acceso principal es por la Cuesta de Capillitas (la más larga de Sudamérica), un camino de ripio que asciende lentamente en zigzag. A medida que se gana altura, los valles se hacen más pequeños y la vegetación cambia hasta volverse escasa, dejando a la vista las rocas desnudas y vetas de colores rojizos y rosados.

La Cuesta de Capillitas

El acceso mismo es parte de la experiencia. La Cuesta de Capillitas ofrece curvas pronunciadas y miradores naturales donde el horizonte se abre hacia las sierras.
En cada tramo, el viajero percibe cómo cambia el aire, cómo las nubes parecen al alcance de la mano y cómo la luz pinta las rocas de tonos rojizos y dorados.




Mapa



Cuesta de Minas Capillitas

Otras tomas de la cuesta

Clima y ecorregión

El clima es árido de sierras y bolsones, con inviernos fríos y secos, y veranos templados donde las lluvias se concentran en pocos meses.
La vegetación responde a estas condiciones: arbustos bajos, líquenes, cactus y pastizales de altura dominan el paisaje. Es una zona de transición entre el Monte y la Puna, con especies adaptadas a la radiación intensa y al contraste térmico entre el día y la noche.

La fauna incluye pumas, zorros andinos, vizcachas, aves rapaces y pequeños roedores, todos especialistas en sobrevivir en un medio tan exigente.


Hidrografía

Aunque el entorno parece seco, el agua se hace presente en formas pequeñas pero esenciales.
En temporada de lluvias, arroyos temporarios bajan con fuerza por las quebradas, arrastrando sedimentos rojizos y marcando huellas profundas.
Existen aguadas naturales, pequeñas acumulaciones de agua que dan nombre al paraje y sirven de punto vital para personas y animales. En invierno, el agua puede congelarse, aumentando la erosión por ciclos de hielo y deshielo.



¿Por qué el agua se ve azul en Minas Capillitas?

En las quebradas de Minas Capillitas, uno de los paisajes más llamativos es el contraste entre la aridez de la montaña y los cursos de agua que adquieren un color verde-azulado intenso. A simple vista parece un efecto pintado sobre la roca, pero en realidad se trata de un proceso natural ligado a la geología del lugar.

Las montañas de esta región contienen una gran riqueza mineral: cobre, hierro, azufre y otros compuestos que dieron origen a la histórica explotación minera. Cuando el agua de lluvia o de deshielo circula por las fracturas de las rocas, va disolviendo parte de esos minerales. En particular, los sulfatos de cobre son los responsables de aportar esa tonalidad característica que tiñe el cauce.

Además, las manchas rojizas y anaranjadas que suelen acompañar al verde corresponden a la oxidación del hierro, otro mineral abundante en el macizo de Capillitas. Así, cada escurrimiento superficial se convierte en una especie de “pincelada química” sobre el paisaje.

Es importante aclarar que estas aguas no son aptas para el consumo humano ni animal, ya que la concentración de metales pesados puede resultar dañina. Sin embargo, desde el punto de vista paisajístico y geológico, son un verdadero espectáculo natural que refleja la íntima relación entre el agua y los minerales de la montaña.



Cultura y presente

Aguada de Cobre y Minas Capillitas no son solo mineral y paisaje: también son memoria.
Las comunidades locales han estado ligadas históricamente a la minería, a la vida de altura y a la venta de artesanías hechas con rodocrosita. La Rosa del Inca no es solo un mineral, es un símbolo de Catamarca y de Argentina en el mundo.

Hoy, con un turismo en crecimiento, el desafío está en proteger el patrimonio natural y cultural de la zona, evitando el saqueo y promoviendo un desarrollo sostenible que permita a las nuevas generaciones seguir encontrando en estas montañas la belleza y el misterio de lo auténtico.


Comienzo del trekking hacia Aguada de cobre desde el campamento de Minas Capillitas

Apenas bajamos al arroyo ya comenzamos a observar la tonalidad celeste en las rocas del arroyo



Luego de una caminata de unos 15-20 minutos, llegamos

En esta parte los colores son muy llamativos


Desde arriba del muro del dique
Vista desde arriba
La vegetación en esta zona se presenta de esta forma (hojas pequeñas y espinas) por la aridez propia del lugar
La parte superior del arroyo
Comenzamos el regreso

Vista del campamento de Minas Capillitas a lo lejos

Unos cactus coloridos

Ruinas de viejos sitios donde descansaban los mineros y/o sitios donde guardaban herramientas


Últimas fotos del arroyo


Visitar estos rincones de Catamarca es mucho más que un paseo: es la oportunidad de descubrir paisajes únicos donde la geología y la historia minera se entrelazan con la inmensidad de la montaña. Cada sendero, cada arroyo de tonos irreales y cada silencio de altura invitan a vivir una experiencia diferente. Animarse a recorrer Minas Capillitas es abrir la puerta a un mundo oculto que guarda postales inolvidables y que espera al visitante con la magia intacta de lo auténtico.


COMENTARIOS

¿Un nuevo "Pueblo Perdido" en El Jumeal?

El Ecoparque El Jumeal, conocido por su belleza natural, artificial y su biodiversidad, podría esconder entre sus montañas una historia aún más antigua. Recientes recorridos de campo revelaron indicios de una posible ocupación humana en la zona, con  alteraciones en el terreno y lo que podrían ser restos arqueológicos dispersos.

Rastros de la Cultura de La Aguada en El Jumeal

El paisaje de El Jumeal esconde huellas de antiguas civilizaciones que habitaron la región hace más de un milenio. Durante una reciente caminata por el lecho del arroyo La Florida, ingresando por la cola del dique, se identificaron varios indicios de ocupación prehispánica.

Conforme se avanzaba por el cauce, comenzaron a aparecer vestigios que podrían estar relacionados con la Cultura de La Aguada, una de las más representativas del Noroeste Argentino. Entre los hallazgos se destacan morteros circulares tallados en la roca, piedras encajadas en los márgenes del arroyo y un particular mortero con forma de estrella, cuya morfología inusual sugiere un posible uso ceremonial o ritual.

Un valle con rastros de ocupación

Más arriba, el paisaje cambia drásticamente. A través de imágenes satelitales se puede observar una diferencia en la textura del suelo y en la vegetación, lo que indica un uso distinto del terreno en tiempos pasados. En esta zona del valle también se encontraron más morteros excavados en la roca, lo que refuerza la hipótesis de que este espacio no solo era un punto de tránsito, sino que pudo haber tenido un uso específico dentro de la dinámica de los pueblos originarios.

Estos descubrimientos permiten reflexionar sobre el modo de vida de las poblaciones prehispánicas en la región y la posible existencia de una red de asentamientos interconectados.

La Cultura de La Aguada

La Cultura de La Aguada se desarrolló entre los siglos IV y XI d.C. en lo que hoy es el noroeste de Argentina, incluyendo zonas de Catamarca, La Rioja, Tucumán y San Juan. Fue una sociedad altamente organizada, con un fuerte simbolismo religioso y una notable habilidad para la cerámica y la metalurgia.

Su arte se caracteriza por la representación de figuras antropomorfas y zoomorfas, especialmente felinos y seres mitológicos, con un estilo detallado y expresivo. En muchos casos, estos motivos se encuentran en vasijas, placas de piedra y esculturas.

Los grupos aguadeños también aprovecharon los recursos naturales de su entorno, desarrollando técnicas agrícolas avanzadas y construyendo sistemas de almacenamiento de agua en regiones áridas. La presencia de morteros en El Jumeal podría estar vinculada a estas prácticas, lo que sugiere que esta área fue utilizada para la molienda de granos o la preparación de pigmentos para sus rituales.

Estos vestigios siguen aportando información valiosa sobre la ocupación prehispánica en la región y permiten reconstruir, poco a poco, la historia de los pueblos que habitaron estos paisajes antes de la llegada de los colonizadores.

Cabe destacar que existen dos zonas que poseen restos arqueológicos, por lo tanto, se dividirá en dos zonas el relevamiento fotográfico.

Zona 1: Senderos de la Quebrada del Parque de Los Vientos


Interior del sendero. Mortero sobre una roca

Más restos arqueológicos sin explorar
Un círculo de rocas con posible uso para acopio de los frutos recolectados


El sendero es ideal para realizar caminatas de interpretación y concientización ambiental
Otro sitio de posible acopio
Un hermoso y colorido cactus
Cola de zorro y rocas alineadas al fondo

Trekking guiado

Ruinas de una antigua casa
Vista de los alrededores

Atardecer colorido
Algunas tomas nocturnas y personas realizando actividades recreativas en el lago
La ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca

Zona 2: Senderos del Arroyo La Florida

A partir de acá veremos fotos de la zona más interesante en cuanto a lo arqueológico. Zona de rocas con morteros

Morteros
Una achuma, rocas alineadas y un mortero lleno de agua luego de las lluvias
Más rocas alineadas



Pircas marcando el sendero que asciende por la sierra
¿Será una mesada?
Este es el mortero más llamativo. El mortero con forma de estrella

Teorías sobre los Morteros con formas inusuales

- Uso ritual o ceremonial: La forma de estrella podría haber tenido un significado simbólico o religioso, tal vez vinculado a la astronomía o a deidades de la naturaleza.

- Técnica especializada de molienda: Podría haberse diseñado así para moler ciertos tipos de semillas o plantas de forma más eficiente.

- Marca territorial o de identidad: Podría ser una firma cultural de un grupo específico, diferenciándolo de otros pueblos que usaban morteros comunes.

- Función astronómica o calendárica: En algunos casos, estructuras con formas especiales han estado relacionadas con la observación del cielo o con marcadores estacionales.

- Elaboración más reciente con tecnología actual: La hizo un grupo de personas en la historia reciente.


El hecho de que esté ubicado cerca de un antiguo arroyo es clave, ya que los cursos de agua han sido tradicionalmente sitios estratégicos para asentamientos humanos y actividades comunitarias. La presencia de lo que parece un muro de contención de rocas apiladas sugiere que pudo haber existido algún tipo de intervención humana en el paisaje, ya sea para controlar el flujo del agua o delimitar un área de uso específico.

Posible alineación astronómica del mortero estrellado

El mortero con forma de estrella apunta al oeste, esto quiere decir que, podríamos estar ante una orientación significativa. En muchas culturas andinas y mesoamericanas, el oeste simbolizaba el final del ciclo diario del Sol, asociado con la muerte, la transformación y el renacer o bien con los solsticios y equinoccios. Esto encajaría con prácticas rituales vinculadas a la observación celeste.

Relación con la Cultura de La Aguada

La cultura de La Aguada (siglos V-XI d.C.) tuvo una fuerte conexión con la observación astronómica y el simbolismo en sus objetos rituales. Algunos puntos clave:

- Uso de felinos y seres antropomorfos: Representaban el poder y la transformación. Si el mortero estrellado tenía un fin ritual, podría haber sido parte de ceremonias relacionadas con el ciclo de vida y muerte.

- Conexión con el agua: En muchas culturas prehispánicas, los morteros junto a cursos de agua tenían fines ceremoniales, posiblemente vinculados con rituales de fertilidad o cosecha.

- Espacios sagrados y observación del cielo: Se sabe que utilizaban marcadores naturales para seguir eventos astronómicos. Si esta estrella se alinea con un fenómeno celeste, podría haber sido un sitio ceremonial.

Ahora bien, lo que puede desacreditar la teoría de que se trata de un mortero aborigen perteneciente a la cultura de La Aguada es que, ésta no representaba los astros con esa forma de la estrella (con cinco puntas) sino que, lo hacían a través de cruces (+ x).

Más adelante llegamos al Vallecito La Florida, lugar de un posible "Pueblo Perdido"
Caminando por los senderos y el lecho del antiguo arroyo, encontramos este mortero comunal
El sitio está lleno de senderos, ya caía la noche y no pudimos explorar la zona de manera detallada
Desde un punto panorámico de la ladera se puede apreciar la belleza que tiene el vallecito, acá pretendían construir el dique La Florida
Pensar que debajo de esa vegetación y sedimentos debe estar enterrada gran parte de la historia de nuestros antepasados
Volviendo por el sendero, llegamos a la cima donde existe un punto panorámico hacia la ciudad de SFVC
Ya con la noche encima, algunas fotos de una tormenta hacia el norte

Un llamado a la conciencia y al respeto por nuestro patrimonio

Los vestigios arqueológicos que aún permanecen en El Jumeal son testigos silenciosos de la historia de nuestros antepasados. Cada mortero tallado en la roca, cada fragmento de cerámica que asoma en la tierra, nos habla de las comunidades que habitaron y dieron forma a estos paisajes mucho antes de nuestra llegada.

Estos sitios no solo son valiosos por su antigüedad, sino porque nos permiten comprender cómo vivían, qué creían y cómo interactuaban con su entorno las civilizaciones prehispánicas. Cuidarlos y preservarlos es una responsabilidad colectiva.

Si decides recorrer estos senderos, hazlo con respeto y conciencia. Evita mover o alterar cualquier hallazgo, no dejes basura y recuerda que cada elemento en el paisaje tiene una historia que contar. Lo que hoy permanece en su lugar, mañana podrá seguir revelando secretos sobre nuestro pasado. La mejor manera de honrar la memoria de quienes habitaron estas tierras es proteger lo que queda de su legado.

En este contexto, la creación de una Reserva de Usos Múltiples en la zona del Ecoparque El Jumeal se vuelve una necesidad urgente. Además de su riqueza natural, el área ya cuenta con actividades recreativas y deportivas, lo que hace imprescindible un ordenamiento que garantice la convivencia armónica entre la conservación y el uso responsable del espacio. Una reserva permitiría proteger estos sitios arqueológicos, promoviendo la educación ambiental y patrimonial, así como una mejor gestión del turismo y el esparcimiento en la zona.

El equilibrio entre el pasado, el presente y el futuro de este territorio depende de las decisiones que tomemos hoy. Es momento de valorar, respetar y actuar para que estos lugares sigan contándonos su historia por muchas generaciones más.

COMENTARIOS